El humo blanco que emana de este dron no denota que esté sufriendo problemas sino que ha activado dos bengalas que dispersan en el aire un cargamento químico que promueve la condensación de la humedad del aire en partículas conocidas como núcleos de condensación.
Este proceso es capaz de conducir a la formación de gotas de agua que puedan caer de la nube en grandes cantidades, generando así lluvia. El experimento recogido en la foto corresponde a un trabajo de investigación y desarrollo realizado por el equipo de Adam Watts, del Instituto de Investigaciones del desierto (DRI) en Reno, Nevada, Estados Unidos. En dicho trabajo, con la ayuda de la empresa AviSight, se acondicionó a un dron de la compañía Drone America con el fin de lograr el primer sistema aéreo autónomo para generación artificial de lluvia.
Promover la lluvia por medios artificiales afronta todavía muchas limitaciones, entre ellas una eficacia muy modesta y un coste económico elevado, pero los esfuerzos científicos para lograr mejoras sustanciales en este campo podrían dar sus frutos en un futuro no muy lejano. (Fuente: NCYT de Amazings)