“Durante 77 días seguidos los terroristas rusos han estado bombardeando barrios residenciales y objetivos civiles”, señaló.
Agregó que “los proyectiles y misiles disparados por los ocupantes alcanzaron a 600 instituciones médicas ucranianas. Unos 101 hospitales fueron completamente destruidos y ya no pueden ser rehabilitados”. El Ejército ruso también destruyó 450 farmacias, recordó el ministerio.
La ofensiva rusa, cuando se cumplen 77 días del inicio de la invasión, continúa centrada en la región prorrusa ucraniana del Dombás (al este), la vecina región de Jersón y en el sur del país, especialmente en Mariúpol, informó el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Las fuerzas rusas llevan a cabo operaciones ofensivas en la zona oriental para establecer el control total sobre las regiones de Donetsk y Lugansk, además de Jersón, y para mantener el corredor terrestre entre estos territorios y la Crimea ocupada.
La defensora del pueblo ucraniano, Liudmyla Denisova, pidió ayer a la ONU y a la Cruz Roja que intervengan para facilitar la evacuación de los soldados heridos que resisten en la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariúpol.
Según explicó, “con heridas abiertas, sin la medicación necesaria, en condiciones insalubres y en condiciones inhumanas se encuentran heridos y mutilados los defensores de Mariúpol, militares de la Guardia Nacional de Azov”.
Por otra parte, separatistas de Donetsk festejaron el octavo aniversario de su autoproclamación de independencia de Ucrania.
Le cambiaron el nombre a la Plaza de la Constitución en el centro de la ciudad por el de un oficial ruso que fue uno de los primeros caídos en lo que Moscú llama “la operación militar especial”.
El jefe de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, y Engels Gadzhimagomedov, padre del oficial muerto, instalaron el cartel con el nuevo nombre, y vecinos partidarios de los separatistas colocaron flores.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, reafirmó su promesa de seguridad con la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, y también en Finlandia, donde firmó una declaración de seguridad similar con el presidente finlandés, Sauli Niinistö.
El gobierno británico aseguró que busca “reforzar la seguridad de los países y fortificar las defensas del norte de Europa, ante las nuevas amenazas” de Rusia.
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