Mientras las bombas caen sobre Ucrania, la invasión rusa no ha afectado, demasiado, al viaje de vuelta a casa de Mark Vande Hei desde l a Estación Espacial Internacional (ISS, en sus siglas inglesas). El astronauta estadounidense y los cosmonautas rusos Anton Shkaplerov y Pyotr Dubrov han tocado Tierra a bordo de una cápsula de la nave Soyuz MS-19 a las 13:28 (hora peninsular española).
Rusia había llegado a bromear a principios de mes –ya en plena guerra–, con la idea de dejar atrás a Vande Hei, porque, además de haberse empleado para el regreso una nave rusa, el viaje se coordina desde el centro de control de vuelos espaciales de la ciudad de Koriolov, a las afueras de Moscú. El retorno estaba previsto mucho antes de que el presidente ruso Vladímir Putin decidiera invadir Ucrania.
Los tres astronautas han caído cerca de la ciudad kazaja de Zhezkazgan, en la provincia de Karagandá, una región esteparia donde suelen descender las cápsulas espaciales que previamente son lanzadas desde el cosmódromo de Baikonur, también en Kazajistán, pero gestionado por Roscosmos, la agencia espacial rusa. A bordo de la ISS permanecen siete personas: tres estadounidenses, tres rusos –que llegaron el día 18– y un alemán.
Un momento simbólico y emocionante se ha vivido a bordo de la ISS antes de iniciarse la operación de retorno. Miembros estadounidenses de la tripulación que permanecerán en la ISS se han abrazado a sus compañeros rusos que se preparaban para regresar junto a Vande Hei. Un abrazo entre rusos y estadounidenses mientras sus países están en bandos enfrentados por la invasión de Ucrania.