Una de las medidas más efectivas para contener la pandemia que aún atravesamos ha sido la vacunación, la cual en México ha progresado significativamente en el caso de las personas mayores de 18 años de edad, pero no así en la población infantil, quienes han quedado rezagados y por lo tanto propensos a contagiarse.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), los contagios acumulados en niñas, niños y adolescentes con resultado positivo confirmado de SARS-CoV-2 ascienden a 91 mil 143 al 30 de enero 2022.
Por grupos de edad, los contagios acumulados se distribuyen de la siguiente manera: 56.4 por ciento de personas de 12 a 17 años; 24.7 por ciento de menores de 6 a 11 años y 18.9 por ciento de niños de 0 a 5 años.
Si a este panorama sumamos la regularidad, frecuencia y facilidad con la que suceden contagios de otras enfermedades respiratorias que no dejan de existir por la presencia de COVID-19, ¿cómo podemos proteger la salud respiratoria de la población infantil?
De acuerdo con Thea van de Mortel, quien es profesora Subdirectora de la Escuela de Enfermería y Partería de la Universidad Griffith, este es un problema al que se enfrentan varios países y es precisamente la razón por la que muchos padres se rehúsan a enviar a sus hijos a las escuelas:
“La ansiedad por la seguridad de los niños está llevando a muchos padres a no enviar a sus hijos al preescolar o a la guardería. Las tasas de ausencia en algunos de estos centros llegaron al 43 por ciento a finales de enero, en comparación con aproximadamente el 10 por ciento de noviembre y diciembre del 2021.
Y es que a pesar de que la mayoría de los niños regresaron a la escuela con varios planes implementados para monitorear y contener las infecciones por Covid-19, en muchos casos impera el temor de que se puedan contagiar.
Thea van de Mortel admite que el Covid sigue siendo una enfermedad leve para la mayoría de los bebés y los niños, sin embargo, establecen que debido a la gran cantidad de infecciones de Ómicron en general, algunos países han registrado un aumento de casi ocho veces en las hospitalizaciones de niños de 0 a 4 años.
“Los bebés y niños tienen un riesgo muy bajo de morir por Covid Sin embargo, tener una afección crónica puede aumentar el riesgo de que una niña o niño tenga secuelas graves.
El Dr. Conrado Polanco Ortíz, médico general y gerente de la firma Esteripharma, propone el uso de soluciones electrolizadas de superoxidación con pH neutro (SES) en forma de enjuague bucofaríngeo pediátrico como auxiliar en el control y prevención de infecciones en vías respiratorias altas, así como también en forma de atomizador nasal pediátrico.
“Las SES han demostrado científicamente tener una alta eficacia en el cuidado de la salud respiratoria, ya que gracias a su amplio espectro eliminan bacterias, hongos y virus pandémicos, como la influenza AH1N14 y múltiples coronavirus al 99 por ciento”, asegura el especialista, detallando que la versión pediátrica de estas soluciones es totalmente segura para uso desde recién nacidos hasta pequeños de 12 años de edad, incluso si su uso es prolongado.
De acuerdo con el especialista, tanto el antiséptico bucofaríngeo como el antiséptico nasal no generan resistencia microbiana, no son tóxicos y disminuyen efectivamente el dolor, ardor e irritación sin efectos secundarios, actuando en el foco de infección y evitando recaídas posteriores.
Sin embargo, Polanco sostiene que nada sustituye la vacunación ni los protocolos de higiene establecidos por las instituciones sanitarias para preservar la salud, sobre todo cuando se trata de Covid-19.
De ahí que valga la pena recalcar la importancia de la vacunación en el sector infantil, en el contexto de la pandemia que aún vivimos.