“lo entrena desde los 5 años, ha hecho miles de cosas, bingos, rifas para tener lo necesario para el entrenamiento en el Coliseo abandonado por un estado que invierte más en la guerra que en el deporte.”
Jairo Ruiz, dedica en su labor hasta 12 horas diarias y dijo que “ver que un niño de estrato uno pueda salir adelante y ser campeón es una felicidad que pocos sentimos”. Los sueños se alcanzan.