Un ataque israelí contra Gaza que mató a siete trabajadores humanitarios que trabajaban para la organización sin fines de lucro World Central Kitchen provocó indignación y furia en la Casa Blanca, y el presidente estadounidense Joe Biden hizo una inusual declaración pública el martes en medio del conflicto. Esta palabra está atormentada por una tragedia infinita: “indignación”.
Murieron trabajadores que intentaban entregar alimentos a civiles hambrientos en el enclave asediado, entre ellos estadounidenses y un funcionario estadounidense. La doble ciudadanía canadiense ha elevado el nivel de frustración con Biden y sus altos funcionarios a un nuevo nivel. Biden emitió un comunicado el martes por la noche lamentando la muerte de los siete trabajadores, uno de los comentarios más fuertes y poderosos de un presidente desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás en octubre. Acusó específicamente a Israel de no proteger a los trabajadores humanitarios y a los civiles, diciendo: “Incidentes como el de ayer nunca deberían ocurrir”.
