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domingo, diciembre 22, 2024

La caída del Muro de Berlín, símbolo de la Guerra Fría

En de noviembre de 1989, de manera pacífica y sin derramar sangre o disparar un arma de fuego, la población alemana derribó el Muro de Berlín. Esta estructura dividió la capital alemana por casi tres décadas. Su demolición posibilitó la reunificación de Alemania y simbolizó, con ello, el fin de la Guerra Fría y la construcción de un nuevo orden mundial, cuyas consecuencias aún acontecen.

Tras la II Guerra Mundial, Alemania y su capital, Berlín, quedaron divididas en cuatro zonas controladas cada una por una de las potencias ganadoras de la contienda: la URSS, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.

La ciudad de Berlín quedó enclavada dentro del territorio soviético, por lo que también fue dividida en las zonas este y oeste, quedando como una célula capitalista en el recién formado estado socialista, lo cual generó las primeras inconformidades del gobierno de la RDA y sentó las bases de la Guerra Fría. Con ello, se aceleró la división de dos bloques en el mundo: el occidental-capitalista y el oriental-comunista.

La vida resultó muy diferente en ambos lados. La diferencia en el desarrollo, del lado capitalista con la ayuda económica de los EEUU era superior al de la RDA2.

Mientras en el resto de la RDA estaba prohibido el libre tránsito hacia la RFA, en Berlín, debido a los acuerdos de Potsdam, el paso era prácticamente libre: era una frontera abierta dentro de la llamada Cortina de Hierro.

El paso llevaba una gran cantidad de trabajadores obreros y profesionistas de la RDA al lado occidental, de tal manera que las dos Alemanias decidieron la construcción de un muro material: la RFA para detener la caída de capital humano; y la RDA para evitar que los alemanes orientales fueran en búsqueda del “progreso”.

El 13 de agosto de 1961, ambas Alemanias ordenaron a la policía y al ejército levantar una cerca de alambre de púas. En los siguientes días inició la construcción de barricadas de concreto a lo largo de los 45 kilómetros que dividían en dos partes a Berlín y los 115 kilómetros que rodeaban la parte oeste que la separaba de la RFA. Se prohibió a los berlineses occidentales ingresar al Berlín oriental, salvo con permiso especial.

Entre 1961 y 1988 más de cien mil ciudadanos de la RDA intentaron saltar el muro para escapar al sector occidental. Según la página web oficial de la ciudad de Berlín, alrededor de unas ciento cuarenta personas fallecieron al intentar huir a causa de los disparos de la policía.

El 9 de octubre de 1989, una multitud de alrededor de setenta mil personas se manifiesto pacíficamente en el centro de Leipzig exigiendo libertad de paso. Estas personas se atrevieron a pasar por primera vez por la temida sede de la Stasi, la policía secreta de la República Democrática Alemana. “Wir sind das Volk!”, cantaban: “¡Somos el pueblo!”.

Una semana después, más de cien mil personas abarrotaron de nuevo el centro de Leipzig. Las protestas pronto se extendieron por toda Alemania oriental. El 4 de noviembre, otros cientos de miles de personas se manifestaron en Alexanderplatz, Berlín oriental, pidiendo una reforma democrática: esta fue una de las movilizaciones más importantes en la RDA por su capacidad de congregación. Finalmente, cinco días después, el 9 de noviembre, un militar de alta graduación anunció que se darían pases para cruzar hacia la república Federal de Alemania.

“La gente puede ir, no hay problema”, declaró. Un periodista le preguntó: “¿A partir de cuándo, señor?”, cuya respuesta fue: “A partir de ahora”. En poco menos de dos horas, una multitud se volcó hacia el muro. Los guardias se vieron superados por el entusiasmo, por lo que simplemente no hicieron nada.

Un año más tarde, el 12 de septiembre de 1990 se firmó en Moscú el Tratado Dos más Cuatro, llamado así por los grupos de países firmantes. El 1º de octubre de 1990, las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial renunciaron en una declaración conjunta en Nueva York a sus derechos en relación con Alemania, devolviéndole así a Alemania su plena soberanía. El Tratado Dos más Cuatro entró en vigor el 15 de marzo de 1991. Fue el equivalente de derecho internacional al Tratado de Unificación entre la República Federal y la RDA.

La Caída del Muro de Berlín es uno de los principales sucesos del siglo XX y de los últimos tiempos. Marcó el fin de una era tanto en la historia alemana como en la historia europea y mundial. Tras sus escombros, una nueva Europa surgiría y tras ella, un nuevo orden mundial de consecuencias insospechadas.

Tres años antes de la caída del muro de Berlín, el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, y el presidente de la República Democrática Alemana (RDA), Erick Honecker, se besaron en los labios. Un beso comunista para escenificar los lazos que unían a los Estados socialistas que lideraban.
Volvieron a besarse y abrazarse tres años más tarde, en 1989, tan solo un mes antes de aquel 9 de noviembre en el que cayó el muro de Berlín. Pero el idilio estaba a punto de romperse. Durante ese encuentro Gorbachov le dijo a su aliado una frase premonitoria: “La vida castiga a los que llegan demasiado tarde”. Ellos fueron, junto a otros, protagonistas de un acontecimiento que cambió la historia.

cndh

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