Luego de más de 30 horas de bloquear los accesos a la zona arqueológica de Chichén Itzá, el sitio turístico mundialmente conocido de Yucatán, indígenas mayas anunciaron la noche de este martes que, a partir de este 4 de enero, tomarán la sede del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ubicada en Mérida, capital del estado.
Ante la prensa, manifestantes de las comunidades Pisté, Xcalacoop, San Felipe, entre otras, explicaron que la decisión porque no se llegó a un acuerdo con subdelegado de Gobernación en Yucatán, Juan Cristóbal Orozco.
Y es que los indígenas exigen la destitución del director de la zona arqueológica, Marco Antonio Santos Ramírez, porque lo señalan de “corrupción” y de “discriminarlos” en los últimos ocho años al impedirles, aseguran, tanto comercializar sus artesanías como ofrecer servicios de guía turística a los miles de visitantes nacionales y extranjeros que llegan diario, actividades de las que dependen económicamente y en un territorio que ancestralmente les pertenece.
“Este miércoles demostraremos el apoyo que nos brindan ejidatarios de otras comunidades, ya no podemos seguir tolerando el abuso de poder de ese personaje que atenta contra la cultura maya y nuestras costumbres milenarias, como hablar nuestra lengua materna y sembrar la milpa”, expresó el comisario de Pisté, Armando Dzul Mex.
Incluso, señaló que su movilización, conformada por más de 600 indígenas, “sigue más firme que nunca”, pese a que el bloqueo en la carretera Valladolid-Mérida les afecta porque no están trabajando.
“Sabemos que los servicios turísticos (restaurantes, hoteles, servicio de taxis, camiones y comerciantes) están colapsando económicamente, pero también nosotros, porque si no trabajamos, no comemos”, dijo Arturo Ciau Puc, secretario de Asuntos Indígenas de Yucatán.
Por su parte, Cristóbal Orozco afirmó este mismo 3 de noviembre que intentó acercarse a los manifestantes para entablar una mesa de diálogo para poner fin al conflicto que empieza a generar millonarias pérdidas económicas al INAH y a la administración del gobernador Mauricio Vila, a través del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos (Cultur).
“No hubo condiciones para el diálogo y no hay una fecha para una próxima reunión”, comentó al término de la charla con la comitiva Pisté.
De acuerdo con José Arturo Chab Cárdenas, director del Centro INAH Yucatán, en Chichén Itzá, cuyas tarifas de acceso para extranjeros asciende a 576 pesos, 258 pesos para mexicanos y 90 pesos para originarios de Yucatán, las pérdidas al día por el bloqueo serían de 2.6 millones de pesos, ya que en promedio entran de 3 mil a 10 mil personas.
La dependencia aseveró en un comunicado que las inconformidades se derivan de las “acciones de ordenamiento” de más de una década respecto a la regulación del comercio informal que ha invadido el área, por lo que rechazó cometer actos de discriminación a los pueblos originarios.
Además, informaron que la zona arqueológica, que está resguardada por la Guardia Nacional, permanecerá abierta para todos los visitantes, en sus horarios habituales.
La zona arqueológica Chichén Itzá, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988 por la Unesco, es famosa mundialmente por el juego de luz y sombra que en cada equinoccio ocurre sobre la escalinata del basamento piramidal.
Como sucede en otras zonas de este tipo como Palenque, en Tabasco, desde la entrada y a lo largo de los edificios arqueológicos, hay puestos de comerciantes ofreciendo a turistas nacionales y extranjeros diversas artesanías, ropa, instrumentos, esculturas y demás productos relacionados con culturas prehispánicas.
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