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sábado, noviembre 23, 2024

El futuro de Julio Urías está en riesgo tras investigación por violencia doméstica

El pitcher mexicano es investigado por violencia doméstica; podría perderse desde los playoffs hasta tener una sanción ejemplar por reincidir

El futuro de Julio Urías no pinta bien. El lanzador mexicano fue arrestado la noche del domingo cerca del estadio BMO por violencia doméstica y liberado ayer a las 5 de la mañana tras pagar una fianza de 50 mil dólares.

Pero la oficina de las Grandes Ligas y Los Angeles Dodgers ya tomaron cartas en el asunto, al separar al pelotero del roster y no viajar con el resto de sus compañeros para la serie ante Miami Marlins, que comienza hoy.

La investigación contra Urías inició y las repercusiones podrían variar, desde perderse los playoffs hasta ser sancionado más de una temporada; también está la posibilidad -aunque mínima- de ser absuelto en el proceso.

Lamentablemente no son pocos los peloteros que han estado metidos en estos casos. De hecho, es la segunda vez que Julio viola las políticas de violencia doméstica de MLB. En mayo de 2016, el sinaloense fue detenido por agredir y tirar al suelo a una mujer en el estacionamiento de un centro comercial; pagó una fianza y, tres meses después, la oficina de Grandes Ligas lo expulsó por 20 juegos. Ahora, este nuevo incidente probablemente se convertirá en el primer caso de reincidencia que se investigue y posiblemente sancione; además, el mexicano está en un punto crucial de su carrera, pues al término de esta temporada queda como agente libre y esta situación le puede afectar en la búsqueda de un buen contrato.

En 2015 se creó la política de violencia doméstica en el beisbol de Estados Unidos, con el fin de iniciar investigaciones y, en caso de hallar culpables a los peloteros, aplicar sanciones por actos de violencia doméstica, asalto sexual o abuso, independientemente de si reciben castigo legal o no. Dicho proceso comienza desde que un ligamayorista es arrestado o denunciado, por lo que el presunto es colocado en una lista restringida que lo tendrá fuera de actividad desde siete días. Una vez que concluyen las investigaciones, el comisionado determina si un pelotero es sancionado con juegos sin goce de sueldo, cuya cantidad puede variar.

Desde que las Grandes Ligas pusieron en marcha la política de violencia doméstica, 19 peloteros han sido investigados y en solo dos casos no hubo suspensión: Yasiel Puig, quien en 2016 formaba parte de los Dodgers y fue acusado de agredir a su hermana; además de Miguel Sanó, toletero de Minnesota Twins, quien eludió la sanción en 2018 al no haber pruebas de una agresión sexual contra la periodista Betsy Bissen.

Aroldis Chapman fue el primer pelotero suspendido, tras agredir a su novia y descargar un arma en su garaje en ocho ocasiones. Tras la investigación, la oficina lo castigó con 30 juegos sin goce de sueldo.

Pero el caso más drástico es el de Trevor Bauer, quien fue compañero de Urías en los Dodgers y en abril de 2022 enfrentó una sanción de 324 juegos –la suspensión más grande en la historia de la MLB–, luego de que una mujer de San Diego dijo que el pitcher, a quien conoció por medio de redes sociales, la golpeó y abusó un año antes.

Bauer, a quien los fiscales de Los Ángeles no le encontraron evidencia suficiente para probar su culpabilidad, decidió apelar la decisión y fue en diciembre que el castigo se redujo a 194 juegos; sin embargo, el lanzador fue liberado por los Dodgers a inicios de este año.

Otros peloteros que se han perdido un número considerable de juegos por actos de violencia doméstica son Sam Dyson (162 en 2021), José Torres (100 en 2018), Odubel Herrera (85 en 2019), Carlos Martínez (85 juegos en 2022), Héctor Olivera (82 juegos en 2016) y Domingo Germán (81 juegos en 2020). El panorama que enfrenta Urías es oscuro y tiene mucho por perder durante el proceso.

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