Éstos traían chaleco antibalas, equipo táctico y fusil de asalto.
Además, los adolescentes manejaban una camioneta todo terreno y los lideraban tres adultos en un convoy criminal. Éste transitaba por una región de alta incidencia de tráfico ilegal de drogas, armas, dinero y personas al noroeste de Sonora, en los límites con Arizona en Estados Unidos.
El gobernador Alfonso Durazo Montaño dijo que no evade la responsabilidad de las autoridades, sin embargo, invitó a la sociedad a reflexionar del papel de toda la ciudadanía. Esto debido a que, diariamente en la Mesa Estatal de Seguridad, al revisar la incidencia delictiva en Sonora, todos los días figura entre los primeros lugares la violencia intrafamiliar. Esta situación genera descomposición del tejido social y arroja a los jóvenes a las garras de los grupos criminales.
El mediodía del lunes en Puerto Libertad, Sonora, soldados adscritos a la Tercer Regimiento de Caballería Motorizada realizaban labores de reconocimiento terrestre. Fue entonces que se toparon con un convoy criminal de seis camionetas en la región desértica costera que conecta al Mar de Cortés con la frontera entre México y EU.
“Omitiré los nombres por respeto al debido proceso, pero el mayor era de 31 años, luego otros detenidos de 21 años y 20 años, un joven de 17 años, otro de 16 años y otro más de 14 años; acusados todos por la portación de arma de fuego posesión de cartuchos con el agravante de pandilla y eventualmente crimen organizado. Uno de ellos tenía apenas el tercer año de primaria. Compartí mi preocupación porque aquí, como sociedad, como familia, como padres tenemos una responsabilidad. No puede ser que jóvenes, casi niños, estén ya enganchados por el crimen organizado”, lamentó el gobernador.
En un parte militar, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó que los soldados se toparon con seis hombres en posesión de nueve armas largas, 63 cargadores y cuatro vehículos asegurados, uno de ellos blindado.
El encontronazo ocurrió al mediodía del lunes en el municipio de Pitiquito, cuando los sospechosos se encontraron con los militares intentaron darse a la fuga. No obstante, fueron interceptados.
Tras una persecución, los elementos de la Sedena aseguraron a los sujetos y, con el apoyo de la Guardia Nacional (GN), los pusieron a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR) para las investigaciones correspondientes.